MEAJA I, ‘moneda equivalente a medio dinero de vellón’, ant., voz común a todos los romances de Occidente, de origen incierto, probablemente de un lat. vg. MEDALIA, disimilación de MEDIALIA, plural de (AES) MEDIALE ‘moneda de cobre equivalente a la mitad de un dinero’.

1.ª doc.: medalla, 1095 (Oelschl.); meaja, Berceo, S. Mill., 2, 423, 424.

También en Alex., 740, 1735; J. Ruiz: «ffazes al mucho rico yazer en grand pobreza; / non tiene una meaja de toda su riqueza», 1528d (miaja en T), «por quien diere buena estrena / de meaja o de dinero / ... / el que oy nos estrenare / con meaja o con pan / ...», 1713d y 1714b. En escrituras mozárabes del S. XII o XIII se halla la forma arcaica medálya (M. P., Oríg., 288); en aragonés antiguo mialla. «qui planye la mialla, / spiende el dinero», refrán del S. XIV (RFE XIII, 369), «un cofret chico en el qual havia 24 sueldos barchinonenses et una mialla d’argent», invent. arag. de 1362 (BRAE III, 91). Para el valor en los varios territorios y épocas, vid. Mateu i Llopis, Glos. de Numismática.

Del mismo origen port. ant. mealha, cat. malla (ant. mealla), oc. ant. mezalha, fr. maille, it. ant. medaglia. Éste tomó después el sentido de ‘medalla’ [princ. S. XVI, Vasari, Vinci], con el cual se trasmitió a los demás romances ese italianismo, en particular cast. medalla [1524, F. Delicado, etc. (HispR. XXVI, 286); 1534, Boscán: Terlingen, 143]; pero es desarrollo semántico secundario, pues todos los romances presentan el mismo sentido que el castellano antiguo (sin exceptuar el italiano medieval, donde ya aparece en Jacopone da Todi). Teniendo en cuenta el valor primitivo del vocablo es inverosímil que venga de un derivado de METALLUM, tal como *METALLĔA (según querían Diez y Gamillscheg), pues todas las monedas eran de metal y esta circunstancia no distinguía a ninguna; además la pérdida de la -T- sólo se explicaría en francés, mientras que la forma occitana y las iberorromances postulan un étimo con -D- inequívocamente. Verdad es que en logudorés antiguo aparece metagia (en los Estatutos de Castelsardo, M. L. Wagner, ASNSL CXXXIV, 315), pero es hápax aislado, contradicho por el sardo moderno, y que puede explicarse fácilmente, sea por una falsa adaptación del it. medaglia, sea por influjo de metà ‘mitad’ o del propio METALLUM; sea como quiera el testimonio del sardo tiene poco valor dada la falta de independencia económica en que vivió siempre la isla. Zauner (Litbl. XLV, 340) propone explicar la alteración de la -T- por el influjo de los famosos cambistas lombardos (aunque bajo este nombre más bien se entendía ‘italianos’ en general); pero tampoco es idea convincente cuando tan antiguas y generales son las formas correspondientes a -D- en todas partes, además de que la caída de la -T- intervocálica en Lombardía está lejos de ser universal1. Finalmente la cuestión puede darse por resuelta teniendo en cuenta la glosa antigua: «seliqua, media pars denarii, id est medalia» (CGL I, 299). Luego parece que esta forma pertenecía ya al latín vulgar, y la definición constante del vocablo como la mitad de un dinero, comprueba que ha de tratarse de una disimilación de MEDIALIA, según admitió M-L. (REW 5451) y apoyó Brüch (ZFSL LI, 249-50). Para otra comprobación V. MEAJA II. Es verdad que MEDIALIS sólo se halla en latín con el sentido de ‘lo que se halla en medio’ y no en el de ‘lo que vale la mitad’ (ThLL VIII, 524), pero era fácil pasar del uno al otro, como había ocurrido con el propio primitivo MEDIUS (Ernout-M.). En latín es corriente llamar aes minutum a las monedas divisionarias de cobre, y análogamente debía decirse aes mediale.

La confusión vulgar de migaja con meaja es moderna, como indica J. S. Arango, AILC II, 160-66; V. allí para mayor documentación de meaja y precisiones semánticas.

DERIV.

Medallón [1600, Sigüenza, Aut.], aumentativo de medalla para el cual V. arriba. Meajuela.

1 Es propia de la zona occidental de la región (Bertoni, It. Dial., 82), y aun ahí ha habido mucha vacilación y reacciones; en lombardo antiguo se hallan muchas formas con -dh- (junto con la caída): M-L., It. Gramm., p. 117.